MIND FULL OR MINDFUL?
“Con este ejercicio vamos a aprender a relajarnos y nos vamos a quedar tan quietos como las ranas” Con esta frase iniciamos nuestro momento de meditación en el aula.
Las ranas pueden saltar alto, croar fuerte…pero también tienen momentos en los que están tan quietas que parece que no hacen nada. A nosotros nos pasa lo mismo, en ocasiones nos cuesta parar y a veces incluso quietos se nos mueve alguna mano, pero poniendo en práctica esta técnica aprendemos a tomar consciencia del momento presente.
Miles de ideas, preguntas, aquello que hice ayer en el parque y aún no le he contado a mi profe, momentos que invaden nuestra mente y muchas veces nos hacen sentir que todo da vueltas en nuestro interior. El Mindfulness es una herramienta que nos gusta poner en práctica y nos sirve, como bien dice nuestra amiga la rana, para llevar toda la atención a nosotros mismos.
Los beneficios de esta práctica son visibles siempre y cuando se establezca una rutina. Es importante destinar tiempo a tomar conciencia de la respiración, a realizar ejercicios de visualización guiada, a destinar la atención plena al entorno o a nuestro cuerpo. Todas estas propuestas ayudan a los niños a concentrarse en lo que está ocurriendo en ese momento y evitar las distracciones. La práctica de la conciencia plena favorece habilidades como el autocontrol, el conocimiento de las propias emociones y la concentración.
Algunos ejercicios con los que puedes iniciarte en el mindfulness son:
- Atención plena al entorno: observar con detalle y en silencio.
- Atención plena al cuerpo: movimientos conscientes o estiramientos, relajación guiada.
- Atención plena a las emociones: reflexiones sobre cómo te sientes, agradecimientos.
- Atención plena a la respiración: soplidos, minipausas con respiración consciente o somos globos.
- Atención plena al pensamiento: mandamos mensajes a través del pensamiento a compañeros, decoración de mandalas o lectura de cuentos.
¿Has visto qué fácil es? ¡No lo dudes y anímate a convertirte en una rana!